La autonomía no es un privilegio, es una responsabilidad

 

 

-Es garante de la discusión de ideas, de la libertad de expresión y de propuestas objetivas

-La identidad es la riqueza interior de nuestra Universidad

 

Mérida, Yucatán, 2 de marzo de 2017.- Con motivo del XCV aniversario de la fundación de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), este miércoles en el Salón del Consejo Universitario, el maestro Renán Solís Sánchez, abogado general de la casa de estudios, y el doctor Raúl Vela Sosa, profesor investigador de la Facultad de Economía, sustentaron la Conferencia Magistral “Identidad y autonomía universitaria”.

Mantener la autonomía universitaria y la calidad educativa como un derecho humano, son elementos fundamentales para la vida universitaria. La autonomía no es únicamente para institución, es también para la sociedad, porque espera que sus hijos sean educados con calidad, afirmó durante su intervención el abogado general Renán Solís Sánchez.

“Hoy por hoy, la universidad actúa libremente gracias al ejercicio de su autonomía, señalando concretamente que la autonomía no es absoluta, está dirigida a cuatro grandes rubros que son: autogobierno, autodeterminación académica, autorregulación y autogestión administrativa”, agregó.

Precisó que la autonomía está delimitada, “hay un aspecto muy importante, el Poder Judicial de la Federación a través de su jurisprudencia, ha estado determinando los alcances y los límites de la autonomía universitaria”.

Ante integrantes del decimoseptimo Consejo Universitario, profesores, estudiantes y público en general, Solís Sánchez recordó aspectos relacionados con la autonomía y la fundación de la universidad.

La autonomía universitaria inicia en 1922. Existe una iniciativa presentada por el entonces Diputado Felipe Carrillo Puerto en 1918, que fue discutida y aprobada por el Congreso del Estado y se turnó al ejecutivo correspondiente. Por alguna causa, que aún se desconoce, nunca fue promulgada.

Es hasta 1922, cuando Felipe Carrillo Puerto siendo Gobernador envía la iniciativa y se aprueba lo que fue la Universidad Nacional del Sureste. Posteriormente hubo otro decreto en 1938 para cambiar el nombre de Universidad Nacional del Sureste al de Universidad de Yucatán.

En 1951 retoma mediante un decreto nuevamente el de Universidad Nacional del Sureste, en 1958 el de Universidad de Yucatán y finalmente en 1984 el de Universidad Autónoma de Yucatán.

Destacó que en 1981 existió un decreto a través del cual también se le denominó Universidad Autónoma de Yucatán, el cual fue impugnado mediante el amparo correspondiente en razón a la violación de la autonomía universitaria en diferentes aspectos.

Asimismo, dijo que en 1881, Don Justo Sierra Méndez presentó una iniciativa siendo Diputado Federal por Sinaloa para crear una Universidad Nacional y contrariamente a lo que él esperaba fue rechazada y no llegó a dictamen. En 1910, siendo Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes presentó la iniciativa de nuevo y fue aprobada, dando lugar a la Universidad Nacional Autónoma de México.

Durante la ponencia, el abogado general subrayó que hay diferentes personalidades en diferentes épocas que han trabajado en el desarrollo y fortalecimiento de la autonomía “la autonomía era diferente al concepto que hoy manejamos. En 1980 fue elevada a rango constitucional, principio que ha sido recogida por todas las universidades”.

Solís Sánchez afirmó que “la autonomía hay que conocerla, vivirla, ejercerla y presumirla. No es un privilegio, es una responsabilidad”, enfatizó.

En su intervención el doctor Raúl Vela Sosa, explicó que los rasgos, símbolos, contenidos, significados y vivencias  que son producto de las tareas diarias de la comunidad universitaria los toma como suyos y construye en un proceso de identidad.

La identidad es dinámica, en sus orígenes la universidad tuvo un propósito, lo mantiene de manera histórica, pero también lo moderniza y transforma conforme a las necesidades de la sociedad, “la identidad es la riqueza interior de nuestra Universidad”, agregó el académico.

La autonomía es una de sus principales rasgos de identidad de la UADY, “en Yucatán es la única universidad con autonomía, ley orgánica y con estatutos generales, permitiéndole libertad para la docencia, investigación, gestión, vinculación y todo lo que la Universidad puede construir a su interior y traducirlo a la sociedad como riqueza intelectual y conocimiento”.

Más adelante, Vela Sosa resaltó que la Universidad contribuye a la solución de problemas, aporta nuevos conocimientos, técnicas, fórmulas para resolver temas sensibles de la sociedad, forma capital intelectual y también genera ideas y propuestas reales para el desarrollo.

Explicó que mediante la identidad que le da la autonomía, la Universidad puede con toda libertad irse transformando para generar conocimientos, en ese sentido dijo, es fundamental adecuarse a la modernización y estar acordes al entorno.

Los fenómenos externos no pueden modificar en mucho la identidad, precisamente una de sus fortalezas de la UADY es su identidad que se traduce en un compromiso social, enfatizó el académico.

La autonomía universitaria no ha tenido que mostrarse, el propio entorno la ha protegido. La sociedad y la autoridad la reconoce y le interesa que continúe así porque es un garante de la discusión de las ideas, de la libertad de expresión y de la propuesta objetiva, puntualizó.